EL CAMPANARIO DE NUESTRA PARROQUIA
Próxima ya la celebración del PRIMER CENTENARIO de la construcción del templo parroquial, que tendrá lugar en 1989, nos disponemos a ultimar la restauración total del mismo como obsequio de la actual feligresia a la que en su día tan valiente y generosamente nos legó esta pequeña, pero tan hermosa catedral.
Durante el año 1985 y primeros de 1986 se restauró y decoró el interior del templo. Para el año próximo deseamos poder hacer lo mismo con el tejado de la nave central, así como con el exterior de la cúpula en estado bastante deteriorado.
Este año estamos dedicando nuestros recursos y atención al campanario y fachada principal del templo. No ha sido un capricho, sino una necesidad. Inspeccionada con seriedad por técnicos competentes la estructura de la torre, se comprobó padecía serios deterioros, por lo que se decidió suprimir el volteo de campanas en evitación del posible desprendimiento de cascotes y su caída a la vía pública, con el consiguiente peligro para los transeúntes.
Ya está restaurado y pintado el campanario. Ya podemos alagar nuestros ojos con la contemplación de tan llamativa obra. Ya se pueden voltear las campanas para solemnizar las fiestas religiosas. La limpieza de la fachada ha sido un complemento, no necesario, aunque sí conveniente.
Pero es éste un buen momento para la reflexión. Porque el campanario es un símbolo: es la llamada de Dios para encontrarse con nosotros en la celebración de los Sacramentos, y especialmente en la misa de cada domingo. Con el sonido de sus campanas invita a la comunidad cristiana, que se reúne en asamblea para expresar su fe; para escuchar la palabra de Dios; para alimentar su vida espiritual. Con su remate en forma de aguja hacia lo alto, nos invita a dirigir nuestra vida al cielo, a elevar nuestro corazón a Dios, a recordar con frecuencia que si bien es verdad que hemos de vivir con los pies en la tierra (es decir, en este mundo cargado de problemas y dificultades), debemos tener los ojos y el corazón puestos en el cielo, hacia donde vamos caminando movidos por la fe, y en el que estamos seguros de encontrar un día a ese Padre-Dios, a quien como hijos fieles dedicamos la maravillosa obra de nuestro templo y campanario.
Que las fiestas patronales en honor del SANTÍSIMO CRISTO DEL MONTE CALVARIO y de las SANTAS RELIQUIAS sirvan para celebrar nuestra fe, avivar nuestra esperanza e intensificar nuestro amor a Dios nuestro Padre y a los hombres nuestros hermanos.
Así os lo desea de todo corazón,
Antonio R.Marín Gómez
Cura Parroco(Fotos no estan incluides en el article del Llibre; están en la Carpeta d'Obres Parroquials de l'Arxiu Parroquial)