En los días de fiesta que dedicamos al
Santísimo Cristo del Monte Calvario y a las Santas Reliquias, la celebración de
la Eucaristia que tiene lugar por la mañana, se enriquece con otra celebración
vespertina: la solemne procesión. Tanto
la imagen del Santísimo Cristo como las Santas Reliquias “son llevadas a
hombros”. Y tenemos motivos fundados
para llevarles asi con sentimientos de fiesta, de gratitud y alegria. ¿Quién mejor que Jesucristo para ser llevado
a hombros, Hijo de Dios hecho hombre, todo amor para la humanidad?. ¿Qué mejor que mostrar a la atención de
todos, el testimonio de fidelidad de los Mártires y Santos cuyas Reliquias
veneramos, modelos de integridad humana y cristiana?. Precisamente en la actualidad vivimos
momentos de deplorables testimonios públicos, de personas indignas, que se han
destacado por sus actitudes antihumanas y antisociales, y frente a ello
necesitamos más mirar atentamente y confiarnos a quienes son para nosotros
modelos permanentes de cómo vivir para ser personas integras: Jesucristo y los
Santos.
Para concluir la fiesta dedicada al Cristo
del Calvario y las Sagradas Reliquias, tenemos la procesión vespertina y para
ello los portadores son decisivos: ellos elevan y conducen la imagen que todos
podemos ver a lo largo de todo el recorrido, para expresar que caminando con
ellos queremos también imitarles. Para
la “Baixà” del Cristo, ya desde muchos años, asumen los trabajos los quintos
del año. Se nota su inexperiencia, su
menor seguridad, sus titubeos, a veces falta acompasarse, pero resplandece su
actitud entregada y su ánimo para llevar a cabo dignamente la responsabilidad
asumida de bajar la imagen del Patrón para su fiesta. He insistido muchos años en realizar la
procesión por la tarde (como se hacía en tiempos de D.José Pellicer), a pesar
de los calores, pero pensando en los quintos: con la luz de la tarde, no hace
falta que las andas lleven faroles ni la batería, se evita todo ese peso y
aligeran la carga. También está el
detalle que terminada la “Baixà” se encaran a la cena y a la noche con total
libertad.
La “Pujà” del Cristo es más laboriosa, de ahí
la necesidad de personas de más experiencia, más armonizadas en fuerzas y
sobretodo en alturas correspondientes. También
ocurre lo mismo en la procesión de las Santas Reliquias: es más largo el
recorrido y las andas acumulan mucho peso.
El trayecto resulta fatigoso.
Escucho los comentarios de los portadores e insisten en la necesidad de
coordinar las fuerzas y de igualar las alturas de los portadores para evitar
que los más altos descarguen el mayor peso sobre los más bajos, que con el
balanceo, resultan más fatigados. De ahí
la importancia de agruparse, reunirse, coordinarse los de parecidas alturas y
condiciones físicas aptas para el itinerario procesional.
Aprovecho esta oportunidad del Libro de Fiestas,
para manifestar mi más sincera gratitud y reconocimiento a tantos portadores
que, durante tantos años he visto llevar a hombros las imágenes más entrañables
y queridas por nosotros, no solo éstas que hemos mencionado sino todas las
demás del año litúrgico: San Pedro Apóstol, las de Semana Santa, Corazón de
Jesús, Virgen Milagrosa, San Antonio, Virgen de los Ángeles y Santa Cecilia. Mi
aplauso y mi enhorabuena, y animo al reconocimiento y gratitud por parte de
todos a quienes realizan esta labor de portadores, con sentimientos de piedad y
de voluntariado anónimo. Quiero también
solicitar de los fieles que participan en las procesiones, una actitud más
atenta al desarrollo procesional, para evitar una sobrecarga de fatiga en los
portadores cuando por descuido o falta de atención, se producen cortes largos,
esperas que dificultan el trabajo de los portadores, a quienes todos debemos
estar más atentos y agradecidos. No solo los festeros que asumen una directa
responsabilidad y protagonismo, sino que todos deberíamos mostrar una
colaboración más generosa en el feliz desarrollo de estos actos que nos ayudan
a revivir y a expresar el espíritu cristiano que nos configura y que debemos de
testimoniar.
Vos desitge a tots, de cor, unes Festes
Patronals rebosants de goig. Que disfruteu en companyia de familiars i
amics, i que Jesucrist i els seus millors amics, els Sants i Màrtirs, troben la
més adecuada disposició del vostre interior.
Bones Festes
D.Antonio Rafael González González
Párroco de San Pedro Apóstol de Moixent