SANT PERE EN LA CUNA DE LA CULTURA VALENCIANA
La fiesta de Sant Pere se asocia por lo general a los pueblos de la mar,
a los que tienen puerto y aún hay flotas de pescadores, pero la montaña le
tiene también su devoción, sobre todo en aquellos lugares cuyos lugares se remontan a lo más
antiguo de nuestra cultura valenciana.
Es el caso de Moixent, con su rico tesoro arqueológico ibérico
simbolizando en su histórico y esbelto guerrero de Moixent.
De raíces tan antiguas, hoy muy testimoniadas y documentadas, también en
lo religioso Moixent debía ir a sus orígenes.
De sus milenarias piedras ibéricas en la Bastida de les Alcuses, a la
primera piedra de la Iglesia, Pedro. Pueblo importante en el paso de Reino a Reino
todo en él rezuma historia y leyenda.
Precisamente, dentro del programa de fiestas, en el que este año fotografían
a san Pedro con el fondo de su joya lacustre El Bosquet, se hace una ruta
guiada y teatralizada de la villa, no faltas los toros, algo tan propio de las
culturas ibérica y griega. Y se puede
vivir un fin de semana con los íberos de les Alcuses.
Las fiestas de los pueblos son más divertidas, sanas y cultas que la de
las ciudades, más completas. Las de Sant
Pere en Moixent este fin de semana son un buen ejemplo de ello. Giran en torno al apóstol mártir fundante de
la Iglesia Católica, a cuya memoria está dedicado el templo parroquial, de
estilo bizantino en su tránsito al gótico, con un presbiterio lleno de lienzos
de la vida de san Pedro pintados por Salvador
Gil. Los franciscanos tuvieron allí
convento levantado en 1564 por un fraile hijo del pueblo, Cristóbal Moreno, que fue confesor de la emperatriz María de Austria.
Si tiene infinidad de reliquias civiles hechas piedra de su historia,
Moixent no podía fallar en tener reliquias religiosos y tiene varias, una de
ellas de la cruz donde fue martirizado y murió san Pedro con su correspondiente
certificado de Roma que el día 29 de junio es expuesta en el altar mayor y
procesional el día de las Santas Reliquias.
Tiene la suerte también Moixent en tener una asociación de campaneros
muy patria y activa, que en el día del patrón tocan las campanas siguiendo
ancestral consueta, probablemente del siglo XVII, al que pertenece su campana
más antigua, y que acompasen cada uno de los actos religiosos destacando el Vol
de Sant Pere Apòstol.
La devoción a san Pedro en Moixent se remonta al menos al siglo XV, en
el paraje de Les Ventes tuvo alzada ermita.
Hasta la persecución religiosa de 1936 se conservaba una pequeña imagen
de plata del santo –de casi nueve kilos de plata y con una llave de oro y otra
de plata- la cual desapareció, alguien se la afanó, en la vorágine destructora
y saqueadora del momento.
La devoción popular al mártir en la población se remonta, que se sapa,
al siglo XV, y llevaba aparejada ya la incipiente dansà núcleo de las fiestas de esta zona como es el caso de La Font
de la Figuera y Vallada, pueblos ambos que se disputan el honor de ser la más
antigua del territorio valenciano originarias ambas de aquella época.
Una devoción que, de nuevo, y lo leemos en el precioso tesoro de
Gogistes Valencians, cantará en sus gozos: «De la Villa de Mogente/ sois patrón
y Titular. Y la estrella refulgente /
que bien nos puede alumbrar. /Tu nombre
en particular/ brilla más que un diamante.
/ Buscamos tu protección/ en nuestras tribulaciones/ y además la
salvación que es lo más importante».