Marcos no fue Apóstol, pero si
Evangelista, gran evangelizador en
compañía de San Pablo, Bernabé y Pedro.
Natural de Jerusalén. Su
evangelio fue el primero en escribirse, y es reflejo de la predicación del
Apóstol San Pedro, y también de San Pablo y de algunos materiales escritos que
ya circulaban en las primeras comunidades apostólicas, por lo que se dice que
su Evangelio es menos “personal”, sino mas bien recopilación de la Predicación
oída por el propio Evangelista. A San Marcos se le representa con un León,
porque su evangelio comienza en la predicación del Bautista en el
desierto. Su fiesta es el 25 de
abril.
La pintura del evangelista San Marcos esta
en la pechina del lateral izquierdo a la Purísima. Sus dimensiones son la parte superior 1’86m,
el lateral izquierdo según se mira 1’92m, y el derecho 1’98m.
En la base de la pintura aparece con
claridad el perfil de la cabeza del león que mira hacia la izquierda del
espectador, distinto de los otros evangelistas que miran de frente y es que
comienza su evangelio hablando del Bautista que conmueve a los israelitas con su mensaje de la urgencia de convertirse y
bautizarse para recibir al Mesías que esta para llegar. La actividad de Juan el Bautista se parece al
rugido de un león que no deja indiferente a nadie.
Sobre él aparece la figura del
evangelista mirando fijamente a su mano derecha elevada que sostiene una tenue
cruz, representada a modo de dos frágiles palos entrecruzados rodeados de un
gran fondo de luz, pues la cruz de Cristo es la manifestación amorosa del que
da la vida por sus amigos iluminando todas nuestras oscuridades. Del ángulo izquierdo de la cruz parece
desprenderse un ala luminosa que quiere inundar todo el espacio y tiempo,
iluminando el rostro del Evangelista, como asi ocurre de hecho por la misión de la Iglesia, que ilumina con la luz
de Jesucristo.
Marcos esta fijo en ella por que todo
su evangelio aparece orientado a mostrar la luz de la pasión de Cristo.
Su corazón aparece revestido de una
rosa roja de la que van elevándose rosas en blanco. La rosa roja es signo el amor de Cristo y del
amor con que el Evangelista corresponde amor que le llevara a llevar la propia
vida por el testimonio de Jesús, y así vemos toda la parte izquierda de la
figura del Evangelista enbadurnada de barro y sangre, quizá por referencia a su
martirio, pues se dice fue arrastrado por las calles de Alejandria por su fe en
Cristo, desgarrándose su carne y desparramándose su sangre en el recorrido
martirial. Sangre que manifiesta la
hondura del amor que ilumina toda la existencia humana. Es una pintura que muestra mucha luz
procediendo toda ella del amor que cubre el corazón, luz que cubre al
evangelista y al mismo león.
La Firma del autor estaba en el borde
derecho sobre un pétalo de la rosa roja, pero que al colocar la pintura sobre
la fibra de vidrio se tuvo que cortar por lo que no consta la firma.
Su evangelio es fiel reflejo de la
predicación que escucho a los apóstoles, invitándonos a escuchar atentamente la
Palabra de Dios que se nos proclama en la Iglesia, guardándola y meditándola en
el corazón, para que suscite en nosotros el mismo amor que llevo a Marcos al
testimonio fiel hasta la entrega de la vida.