El Jueves Santo de 2021, dia 1 de abril
durante la celebración de la Eucarística, el Párroco D.Lisardo, procedió a la
bendición de la pintura Cristo "Aparición” que ha sido instalado en la parte
baja de la calle central del Retablo del Presbiterio, en substitución de la
imagen del Cristo del Perdón. Sabes que
es la cabecera de la “Sede”. Pronunciada
la bendición, lo asperjó con agua bendita, y durante la homilía hizo alguna
referencia
Cristo "Aparición" que notas enseguida que se
trata de un estilo propio del siglo XXI, y que ocupa el lugar que
primitivamente ocupo una pintura de Cristo Eucarístico, copia de Juan de Juanes. El autor de esta nueva pintura es Waldo
Saavedra (La Habana, Cuba 1961), tiene su firma en la parte de debajo de la
pintura al lado derecho mirándola. Sus
dimensiones son 186cm de altura y 170cm de ancho.
Regalado a la Parroquia por un donante anónimo de Moixent.
Ya el anterior Cristo Eucarístico permitía
descubrir el expositor en el que estaba colocada la Custodia con el Santísimo
Sacramento. Esta nueva pintura también esta instalada con un sistema mecánico de subida y bajada que permite contemplar
dicho espacio interior. Pintura nueva,
instalación renovada y todo el espacio restaurado y renovado.
Te proponemos nuestras primeras impresiones
al contemplar la pintura, teniendo en cuenta algunas indicaciones referidas por
el Párroco. Nos parece en la primera
impresión visual que destaca su rostro y
enseguida sus manos. Esta semblanza del rostro recuerda la que actualmente reproducen muchos pintores inspirándose en los rasgos que se reconstruyen en el rostro figurado por la Sábana Santa. Su mirada es
directa e intensa, como “mirándote”. Es
un Cristo vivo que te mira, y a la vez te interpela, te pregunta, después de
acogerte con la mirada. Al encontrar su
mirada, es como si entraras en un lugar habitado por una presencia: la Iglesia
es el lugar donde se reúne la comunidad Cristiana que celebra a Cristo
Resucitado, vivo para siempre. Es un
rostro con luces y sombras que destaca sobre una cabellera oscura, trazada sin
detalles y llevada con naturalidad, con espontaneidad, sin retoques, como
muchos de los jóvenes de nuestro tiempo.
No transmite emociones, como la alegría o la tristeza, sino que te
contempla, te mira, como quien se interesa por ti y por el encuentro
contigo. Y enseguida atrae en tu mirada sus manos: firmes, fuertes pero en
actitud de entrega, mostrando el pan partido, como dándose, que eso es la Eucarística
“Tomad y comed, esto es mi Cuerpo…”. Si
el Cristo Eucarístico clásico mostraba una forma grande consagrada, aquí vemos
el pan ofrecido, un pan blanco y tierno, pan tradicional, el de casa. Así vemos que rostro y manos constituyen un
primer conjunto de actitud acogedora y entregándose, como invitándote a
participar en el banquete que cada se celebra ahí en ese altar. Nos recuerda a Jesús Resucitado en su aparición a los discípulos de Emaús, quienes le reconocieron al partir el pan.
La pintura dice, sin hablar, con sus trazos y
colores, el misterio grande que ahí acontece cada día. Llama mucho la atención, con trazos algo más
suaves, los ojos de lo que parece una cabeza
de un león: qué sorprendente. Hemos
preguntando y, en efecto, el Párroco nos aclara que Jesús es considerado por los
cristianos como el “León de Judá”. Nos
indicaba que al final del Libro del Génesis cuando los descendientes de Jacob
estaban ya en Egipto para adquirir pan, como recuerdas, el mismo Jacob antes de
morir reunió a sus doce hijos y les pronuncio un “Testamento profético”. Al referirse a Judá hablo de un descendiente
tan fuerte como un León que sometería a todas las naciones bajo su
dominio. El descendiente de la tribu de Judá
que ha vencido al peor enemigo, la muerte, es Jesucristo. ¿Y porque ésta ahí en esa pintura? Porque la Eucarística
contiene el misterio de su muerte y resurrección que Él anticipó al instituir
ese misterio. Es más fuerte que la
muerte, pero no la ha vencido luchando con grandes ejércitos, ni a base de
poderes y fuerzas, sino en total obediencia al designio de Dios Padre, y
entregándose amorosamente como un “cordero”.
Él mismo nos indicó: nadie tiene amor más grande que el que da la vida
por sus amigos”. Por eso con el León no
nos basta, y D.Lisardo nos hizo notar que algo más arriba, con trazos todavía
más suaves se percibe de otra criatura, dos ojos suaves acompañados con el
tenue perfil de una oreja, pero que al fijarte bien que se trata de la mirada de un cordero. Y ahora sí que comprendemos mejor la pintura:
el León de la Tribu de Judá ha vencido a la muerte entregándose a la muerte
como cordero llevado al matadero. Su
fuerza, consiste en la entrega amorosa: es la victoria sobre la muerte. Y por eso en la pintura también aparece,
aunque tienes que fijarte mucho para percibirla, una cruz luminosa que recorre la pintura de arriba abajo y de
izquierda a derecha, pero una luz muy suave que si no te fijas no percibirás. Esto
que estamos comentando tiene también su fundamento bíblico en el libro del
Apocalipsis 5, 1-14, en que se habla de una visión del trono celeste, en que el
vidente, el evangelista Juan, “lloraba mucho” por que no se encontraba a nadie
capaz de abrir un libro sellado con siete sellos, pero uno de los ancianos
presentes en ese trono celeste dice “no
llores más. Sábete que ha vencido el
león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus
siete sellos. Entonces vi delante del
Trono, rodeado de los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero, en pie; se
notaba que lo habían degollado y tenía siete cuernos y siete ojos – son los
siete espíritus que Dios ha enviado a
toda la tierra-"
Un complemento de gran riqueza nos parece en
relación con esto que estamos comentando la presencia de su Corazón que apenas percibirás en su
pecho, pero que presenta una llama viva,
encendida de amor: es el manantial de su fuerza.
Pero aun no está todo: en la parte más alta
percibimos como la figura de una paloma,
muy blanca y delicada. Sin duda se trata
del Espíritu Santo, y es que Jesús es el Cristo, el Ungido por el Espíritu Santo,
enviado por Dios para realizar la Salvación, que no solo movió a Cristo durante
toda su vida pública y le sostuvo en su pasión, sino que ahora actúa en la
iglesia para recordarnos su palabra y celebrar sus sacramentos, especialmente
la Eucarística. Así el Sacerdote en la
Consagración invoca la acción del Espíritu sobre el Pan y el Vino para que se
haga presente el misterio de Jesucristo en su entrega por la salvación del
mundo. Al contar los ojos que aparecen,
como nos hizo notar D.Lisardo nos salen siete: es la referencia a los siete espíritus
de Dios, que son como su mirada que abarca todo, pues para Él todo esta patente
y manifiesto. Nada se le oculta. Pero todos los ojos muestran una mirada
benevolente, como bendiciendo, todos te miran con ternura.
Todo el rostro de Jesús está rodeado por una
tenue aureola o corona si bien en su
frente se notan, aunque muy suaves unas pequeñas manchas de sangre que hizo brotar la corona de espinas , atravesada por una suave lluvia blanca, que recuerda el maná
(el pan del cielo que los israelitas recibían cada mañana en su travesía por
el desierto camino de la tierra prometida, como don de Dios que les sostenía
por el camino); ese blanco del maná se percibe más intenso en el pan que Jesús
parte con sus manos, pues Él es el nuevo maná, la Eucaristía, el verdadero pan
del cielo, como expresaba también un escrito del Evangelio Juan capitulo 6.
Toda la base
esta “asperjada” de la Sangre que recuerda el cáliz de la Eucaristía,
porque podríamos preguntarnos ¿y el cáliz?.
Esta la sangre derramada como Jesús dice en la institución de la Eucaristía
“derramada por muchos, para el perdón de los pecados”. Con todas estas referencias a la Eucaristía
lo más apropiado seria llamarlo Cristo Eucarístico-2020, pero el autor es quien ha indicado como titulo "Aparición" sugiriendo que es una figura de Jesús envuelto de misterio, rodeado de símbolos en lugar de una figura nitida como acostumbramos a ver. Es como un eco de las Apariciones de Jesucristo Resucitado.
Álbum Parroquial nº2. Puedes apreciar el anterior Retablo con pintura de Cristo Eucarístico. Ahora en la Sacristía Consagración Altar Mayor 5 septiembre 1964 |
Tras la institución de la Eucaristía ingresó
en la Pasión: su primera estación acontece en el Huerto de los Olivos o Getsemaní,
que también aparece consignado en la pintura, pues se puede percibir, aunque
concentrando mucho la atención sobre el hombro derecho según se mira, la silueta
de un Olivo, en cuya base oro Jesús
esa noche y mostró al Padre su definitiva disposición de “cumplir su
voluntad”.
Curiosamente también hay una pluma: guarda relación con lo que estamos comentando, pues al igual que el pelicano se auto hiere para alimentar con su sangre para alimentar a sus crías, Jesús está dispuesto a derramar su sangre por la salvación del mundo.
Toda su obra de salvación que aparece reflejada en toda esta riqueza de símbolos permanece viva en la Iglesia que también está en la pintura: a tu izquierda en el angulo inferior percibirás si te fijas la silueta de una Barca que desde Pedro y los apóstoles viene atravesando los siglos de la historia.
Es una pintura de nuestro tiempo,
contemporánea con nosotros, que quiere ser una puerta abierta para que los
mogentinos del siglo XXI puedan sentirse acompañados y amados por el misterio
de Cristo, presente en su Iglesia.
Enseguida que entras a la Iglesia te encuentras con él. Finalmente destacamos la gran armonía de
colores con todo el conjunto del presbiterio, pues está muy en consonancia con
todo el colorido que presenta.
Perfectamente integrado en el.
Curiosamente también hay una pluma: guarda relación con lo que estamos comentando, pues al igual que el pelicano se auto hiere para alimentar con su sangre para alimentar a sus crías, Jesús está dispuesto a derramar su sangre por la salvación del mundo.
Toda su obra de salvación que aparece reflejada en toda esta riqueza de símbolos permanece viva en la Iglesia que también está en la pintura: a tu izquierda en el angulo inferior percibirás si te fijas la silueta de una Barca que desde Pedro y los apóstoles viene atravesando los siglos de la historia.