26 de febrero de 2019

VIDA PARROQUIAL: ILUMINACIÓN CAPILLA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Quienes visitan la Capilla del Santísimo Sacramento desde hace dos semanas preguntan si esta recién decorada y pintada, parece otra capilla y otra cúpula.  Sin exagerar. 
El efecto que provoca la nueva iluminación es asombroso.   El cambio, la transformación de los efectos de la luz sobre la arquitectura y la decoración son sorprendes. 

La Cúpula parece recién decorada, pues la nueva luz proporciona visibilidad a todas las superficies, volúmenes  a todos los salientes, arcos,  elementos decorativos.  Parece mucho más alta y esbelta, más profunda hacia el cielo.  Resulta una Capilla bellísima y con tanta claridad que atrae la mirada, y con ella el corazón hacia arriba, hacia el cielo, haciendo ascender, elevarse hacia arriba.  Efectos muy apropiados para ese lugar tan acogedor espiritualmente, tan propicio para orar y elevar el espíritu desde los agobios terrenos.  La circularidad de la cúpula a su volumen ascendido, con los nuevos recursos luminosos, favorece esa elevación en espiral sin ángulos en que tropezar como los volúmenes del incienso.

Además de la iluminación de la cúpula, se ha dado más iluminación a los arcos y al Presbiterio, así como a la entrada de la Capilla y en la Cruz de los frontones de los Retablos de S.Francisco de Asís y de San Juan de Ribera  e iluminación de las imágenes en la hornacinas suprimiendo 4 brazos de pared y 1 de tres que distorsionaban la visibilidad en las hornacinas.  En total han sido 18 focos nuevos de “led” y otro foco para el cuadro de San Andrés. Enhorabuena a nuestro Párroco D.Lisardo por ese acierto en la mejora de la iluminación tan decisiva.

Pero el que quien entra en la Capilla también advierte enseguida otra novedad luminosa: se trata de dos lámparas colgantes doradas con líneas y decoración neogóticas que sostienen dos lámparas parpadeantes como llamas que señalan la presencia del Sagrario, la reserva del Santísimo Sacramento.  Han sido regaladas por el anterior Párroco. Están colgadas en los dos muros que coronan  y abren el espacio del presbiterio donde se celebra la misa y está el Santísimo.  A ambos lados marcan, como señales, un espacio especialmente Sagrado a partir de esa llama.
Pero además, con las dos nuevas lámparas luminosas el consumo es bajísimo.  Hay muchísima mejor iluminación y menos gasto.


Además se ha cambiado la distribución de unas imágenes.  En el Presbiterio se ha colocado la imagen de San Benito de Palermo (siglo XVII) donde estaba San Vicente de Paul, y esta al otro lado en substitución de una pequeña que había de la Virgen del Carmen con lo que queda mejor a la proporción de la peana del lugar. También se ha cambiado las imágenes de San Luis Gonzaga por la de San Antonio.  Y se han subsanado unas humedades de una pared.  Mejor imposible.  Tenemos motivos sobrados para una verdadera satisfacción.